jueves, 13 de octubre de 2011

3. Cuando.

Es en ese preciso momento en que nuestra alma se encuentra con ella misma que no entendemos lo que vemos.

Es cuando nos logramos encontrar con nosotros cuando no podemos describir lo que está en frente nuestro.

Y es ahí cuando el ser deja su naturaleza a un lado para reconocerse siendo.

Cuando "ser" deja de importarnos, y sólo nos negamos a cualquier imaginario de existencia.

Cuando un gato maúlla a las 3 de la madrugada, otro intenta acercársele y caen rodando los dos sobre tu techo, y tú sin ninguna otra cosa que hacer a esa hora, despierto antes que el despertador, sólo piensas si alguno de los dos es tu gato.

Cuando tu intimidad deja de ser, para perderse en la invasión controlada, pero sin dueña, de mil oídos, mil ojos, mil labios, y ni un solo sentir capaz de sentir.

Cuando esperas y esperas, y esperas, pero al final... esperas.

Cuando te cansas de esperar, y en un suspiro de valentía, rebeldía, y deslealtad... sigues esperando.

Cuando lo más difícil que puedes hacer es lo que estás haciendo, pero aun no es todo.

Lo único que puedes hacer es ser.

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