Sí, de la felicidad a la tristeza sólo hay un paso
o quizás no, tal vez hay menos que eso.
Un verbo, o su ausencia,
una mirada, o su ausencia,
una ausencia, o su ausencia
o lo que es común, un mal entendido.
La confianza sólo se tiene una vez
y te la ganas por hacer, o no hacer
una vez que la pierdes
haciendo, o no haciendo
no la vuelves a tener
no haciendo, o haciendo.
Si no vas a mejorar el silencio
por favor calla.
¿Por qué se suele pensar que el silencio hace daño?
¿Que la soledad no es buena?
¿Y que hay que temerle a la oscuridad?
Si estoy solo, es porque quiero la compañía de la soledad
si estoy en la oscuridad, es porque desde ahí veo mejor el brillo de las estrellas
y si estoy en silencio, es porque estoy escuchando
por favor, calla
no es a ti a quien quiero escuchar.
Al doblar la esquina veo la danza que adorna mis noches
brisa fría y fuerte arrastrando las almas perdidas pero con rumbo fijo.
+Una botella por favor
-no señor, lata
+sabe a mierda... dame una
-no tengo cambio
+ahora sé por qué no vendes botellas
-quiero un “raspado”
+ahora que pase el otro
Y sí, de la tristeza a la felicidad también hay un paso
o tal vez un malentendido.
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