jueves, 7 de agosto de 2014

38. Día de oscuridad.

En la montaña,
muy cerca a las nubes,
encontré una cueva,
la más profunda conocida hasta ahora.
En ella sólo habitaba la oscuridad,
decidí adentrarme en ella,
conocerla y dejarme conocer.
Su oscuridad me ocultó,
no me permitió reconocerme.

miércoles, 6 de agosto de 2014

37. Del aire

Dime que entre tu cabello moriré,
que no ha sido en vano cada recuerdo,
que las palabras dulces descansan en llamas,
degradadas al final... sonrientes al final,
rasgadas en suspiros.

Agitados tras el escenario rogamos placeres,
robamos a los desposeídos,
sin querer
casi sin intención
el deseo muerde los gemidos,
las manos conocen el camino,
es perfecto.

Esta noche estoy en ti,
pero no estoy contigo
...pero no estás conmigo.

sábado, 29 de marzo de 2014

36. Playa mentirosa

Derramando sangre por las manos
como quien sólo quiere derramar sangre,
como quien solo quiere...
...derramar sangre por las manos.

Pero no te confundas,
no es lo único que quiero.
También quiero derramar manos por la sangre.

Y no es que te importe
no escribo para ti,
y no es que me importe,
mañana lo olvidaré.

Acacias rojas;
valles, sólo valles;
ríos embriagados;
volcanes azules.
Acacias, sólo acacias.

Sangre oscura
brillando bajo el resguardo de la luna,
luna ciega,
sueño caprichoso,
playa mentirosa,
mentira reconfortante.

35. Intenciones.

Justo ahora quisiera un abrazo tuyo,
no importa quién seas,
sólo abrázame.

Poco importa ya quien seas,
o tus intensiones.
No sé si logras ver lo que hiciste hasta ahora,
o lo que dejaste de hacer,
pero hay momentos, y este es uno,
en el que valdrás por tus elecciones pasadas,
no por tus intenciones futuras.

No es indiferencia,
antes, te presté mucha atención
perdí mi tiempo contigo,
con esa ilusión que creé de ti.
Lo acepto, no tienes la responsabilidad de nada
sólo yo soy responsable.
En este momento lo que vale son mis elecciones pasadas
no mis intenciones futuras.

viernes, 28 de marzo de 2014

34. Génesis.

No quisiera tener límites,
quisiera ser del aire, del tiempo,
de la lluvia, del fuego.

Quisiera ser una guerra que nunca acabe,
donde todos mueran y revivan para seguir peleando,
hasta que el último suspiro de la última llama de fuego
sea consumido por una diminuta gota de sangre.
Sólo hasta ese momento.

Pero también quisiera estar vivo ahora,
y valorar un poco,
tan sólo un poco más, todo lo que tengo,
y lo que puedo tener.
Aunque realmente soy consciente
de no tener una sola cosa en este mundo,
ni en ningún otro.

Tal vez lo único sobre lo que puedo tener control
es sobre la cantidad de aire que respiro.
Y ni siquiera sobre eso.

La vida es como un sueño,
sólo que en la vida sí sangramos,
sí lloramos y nos duele de verdad,
y recordamos,
a veces, por siempre.

33. Calla la locura.

Cuando la locura es la norma,
¿Qué lugar ocupan los cuerdos?
¿Qué lugar ocupan los locos?
¿Qué lugar ocupa la locura?
¿Qué lugar ocupa la norma?

Cuando la locura nos mantiene cuerdos,
¿Cómo saber si realmente se está loco?

Saltan, cantan, levantan sus manos,
ríen, y hasta te hablan.

Adiós, gracias por pasar;
mira esa pared, es blanca;
¡mira! Una mosca;
mira allá, se parece a mí en un cuadro.
¡Hicieron un cuadro de mí!

Debe ser divertido caminar,
yo no puedo hacerlo,
sólo salto y divago,
sólo corro y me pierdo,
en compañía divago y me pierdo solo.

¿Bailamos?
no te lo digo a ti,
se  lo digo a mi sombra.
Bailemos y luego pensemos,
saltemos  y luego pensemos,
pensemos… y ya.
Mejor no pensemos.

¿Ahora quien habla?
¿Sigo siendo yo?
A veces me olvido de ustedes, disculpen.
¿Cuántas voces hay?
¿Qué tan cuerdo soy ahora?
¿Qué tan cuerdos son?
¿Puedo confiar en ustedes?

32. Victoria perdida.

Victorias perdidas,
arrepentimientos vanos.
Todos los arrepentimientos son vanos.

¿Por qué nos arrepentimos?
¿Por qué nuestra conciencia nos tortura muchas veces?

Somos débiles,
ese es el punto.
¡Pero no nacemos así!
Nos hacemos débiles con el tiempo,
nuestros prejuicios apuntalan nuestro propio ser.
¡Aprendemos a ser perfectos!
Y a escribir estupideces.

Metafísicas, capitales, constituciones,
repúblicas, espejos, memorias,
naipes, relojes...
...Hipocresías

Ah... música,
reconfortas las almas de los nómadas.
No rompes cadenas,
pero sí ayudas a llevarlas, a bailar con ellas.

31. Termina la lluvia.

Gracias.
Sin saberlo,
y sin ninguna intención,
me has brindado,
no mucho,
sino lo que necesitaba
en el momento preciso.

Qué hermosa suena la lluvia,
tanto que no vale la pena adornarla con palabras.
Quisiera que fuese verdad,
quisiera salir y caminar bajo las gotas.

Quisiera olvidar,
y que en vez de soñar y querer
poder mirar hacia un lado,
o sin hacerlo saber que estás...
Saber que estás.

Saber que si eso es así
yo no estaría escribiendo estas tonterías
que no quiero seguir haciendo,
no quiero seguir leyendo,
no quiero seguir escuchando la lluvia,
ni el puto tango,
ni ver el sol por la mañana.

Ni la compañía de alguien,
ni la compañía de la soledad,
ni la soledad de la ciudad.

Estoy gritando aunque no me escuches.
No es imposible,
tiemblo,
y dudo,
y termina la lluvia.

jueves, 27 de marzo de 2014

30. Sin voz.

Destellos de agonía
que te dejan ciego y te cortan la respiración
se sienten en el pecho, al final de tu retina,
en los pies, y en las manos.

Los contienes apretando los dientes,
los ojos, y las manos.
Golpeando paredes, apretando los dientes de nuevo,
y puteando el origen de los destellos.

¡Gritas sin voz!
Para que la agonía no se entere de tu agonía.

29. Qué fácil.

Afortunadamente no te entiendo,
no quiero hacerlo,
ya lo hice,
ya me aburrí,
ya me voy,
¡Qué fácil eres!

28. Mi música.

Vivir es la última frontera que cruza el hombre.
La última, y la primera;
la única en la que permanece.

Estaciones, estaciones... estaciones
sólo son eso, estaciones
que a kilómetros de segundos
sólo nos matan de la risa.

Quiero cruzar esta última frontera a tu lado,
quiero morir de la risa junto a ti.
Ya he pasado algunas estaciones, y no sé cuántas me faltan,
pero así sea una,
tan sólo una,
una,
tendría mucho valor si la cruzaras conmigo.

Sincronicemos nuestros pasos al ritmo de la música,
la música será los latidos de tu corazón.
Si se acelera volaremos;
si se detiene, nuestra estación habrá acabado.
Sólo esa será mi música, solo esa música bailaré.

27. La gravedad, y la gravedad.

El peso de los sentimientos te curvan hacia el piso
como atraídos por la gravedad,
la gravedad del asunto, y por la que los sentimientos pesan tanto
es equivalente a la estupidez con la que lo mires.

Qué curioso que sólo nos sentimos ligeros cuando estamos felices.

La carga de nuestras penas
pareciera que fuese imparcial,
realmente no discrimina,
y aunque parezca, no juzga,
el juicio es sólo nuestro, por eso nos jodemos.

Deja de juzgarte, deja de juzgarme,
el juicio es de los cuerdos,
y no olvides que hace tiempo, casi desde antes de nacer,
nuestros únicos re-cuerdos fueron olvidados
y lo cuerdos, que alguna vez nunca fuimos, no lo recuerdo.

No es que mi vida dependa de la tuya,
o la tuya de la mía,
eso es algo que dicen los enamorados que no saben amar.
Antes bien, nuestras vidas dependen de ellas mismas,
pero nuestras locuras se sienten atraída la una a la otra,
como un colibrí buscando néctar,
ellas nos matan y nos dan vida,
no dan vida y nos matan.
Casi me olvido de la gravedad del asunto,
y es que solo es grave si lo pensamos,
en el fondo sólo son tonterías.

Pero la gravedad, esa sí que no es una tontería.

lunes, 6 de enero de 2014

26. Regálame tu beso.

¿Qué puedo decir desde esta orilla?
Recuerdo los remos, sé cómo llegué;
otra orilla, mismo mar, nuevas historias.
Por poco no sobrevivo en este camino,
no estaba seguro de iniciarlo, para ser sincero.
Las olas suelen traer... suelen llevar...
Al final llegas solo con lo que eres.

No pretendo darte un consejo,
sólo soy atrevido bajo tu ropa.
Toma tus decisiones, comete tus errores,
no te aferres a nada,
ámame sin cadenas...
...sin libertades,
soy tan humano como puedo ser.

¿En cuántos delirios viviremos?
¿Cuantas pasiones recordaremos?
¿Cuantas veces más me llevarás contigo?
...mientras vuelas
y tu ser escapa en un suspiro
para encontrarse conmigo.

...tú me haces feliz.