viernes, 28 de marzo de 2014

31. Termina la lluvia.

Gracias.
Sin saberlo,
y sin ninguna intención,
me has brindado,
no mucho,
sino lo que necesitaba
en el momento preciso.

Qué hermosa suena la lluvia,
tanto que no vale la pena adornarla con palabras.
Quisiera que fuese verdad,
quisiera salir y caminar bajo las gotas.

Quisiera olvidar,
y que en vez de soñar y querer
poder mirar hacia un lado,
o sin hacerlo saber que estás...
Saber que estás.

Saber que si eso es así
yo no estaría escribiendo estas tonterías
que no quiero seguir haciendo,
no quiero seguir leyendo,
no quiero seguir escuchando la lluvia,
ni el puto tango,
ni ver el sol por la mañana.

Ni la compañía de alguien,
ni la compañía de la soledad,
ni la soledad de la ciudad.

Estoy gritando aunque no me escuches.
No es imposible,
tiemblo,
y dudo,
y termina la lluvia.

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