martes, 25 de octubre de 2011

10. Línea 23.

Un suspiro,
una lagrima,
un grito,
y de nuevo gritas,
sin entender bien si quieres dejar salir,
o dejar entrar a ese ser
que sabes que se esconde en ti.

Camino estando sentado en este lugar.
Veo lugares en los que quisiera estar,
gente con la que quisiera hablar,
flores para oler.
Y yo, sin saber bien qué es lo que busco,
o por qué escribo en lugar de ir donde quiero ir.

Si te alimentas y lloras te haces daño.
Contén las lagrimas tan sólo un minuto,
mientras se pasa la satisfacción de alimentarte,
alimentarte con sueños,
luego qué más da, ¡llora!

¿Qué carajos estoy haciendo?
¿En quien pienso?
¿Crees que me entiendes?
No seas imbécil, ¡ni yo lo hago!

De nuevo lo diré, aunque no lo has escuchado antes:
¡A la mierda contigo!
Y no, no es a ti a quien le hablo,
de ser así la línea 23 no tendría sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario