viernes, 28 de octubre de 2011

12.2. Tríptico (Reflejo).

No, no tengo dinero,
no soy un personaje importante,
ni pertenezco a la "élite" de la sociedad,
tampoco soy el hijo perdido de algún millonario.

Mucho menos soy ese del que todos se acuerdan en las fiestas,
o que siempre tiene un chiste para todo.
No soy ese "intelectual" que opina sobre todos los temas,
ni el bailarín típico de mi ciudad.
Tampoco me gusta dar consejos,
ni saber sobre los problemas de las personas.

No doy monedas a las personas en las calles,
a decir verdad ignoro a los que piden.
No pretendo irme a un paraíso después que muera,
ni mucho menos sacrificar mi libertad por dinero.
Tampoco me salto la fila en el banco,
ni pretendo que las personas confíen en mí.

Tengo un gato, dos perros,
cuatro tortugas que son de mi abuela,
y una que otra garrapata y pulga,
pero no me gustan las aves como mascotas
y tampoco los peces en acuarios.

No pretendo cambiar el mundo.
Aunque muchas veces no lo entiendo, en el fondo tampoco quiero hacerlo.
No quiero que nadie me siga, no es ese mi objetivo,
yo ando lo suficientemente perdido
y no creo ser buen ejemplo ni para mí.

No me importa si escribo bien o mal,
me basta con esforzarme por tener una buena ortografía.
Si escribo bien o mal, no es lo que me quita el sueño,
hasta ahora lo único que me ha quitado el sueño en toda mi vida
ha sido el recuerdo de una mujer,
y la música del vecino que celebra su cumpleaños un miércoles hasta la madrugada.

Si escribo bien o no, no me importa
al final escribo sólo para mí,
para leerme en unos años y reconocerme
porque en los espejos no puedo verme.

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